Colgantes, anillos, pulseras, pendientes, cadenas… nuestro joyero está lleno de joyas especiales para nosotros, ¿verdad? Y es que el valor de una joya va más allá de su precio, una joya tiene el poder de evocar, de hacernos soñar y transportarnos a momentos únicos e irrepetibles.
Por eso es fundamental mimarlas y cuidarlas, para que siempre estén perfectas. Como profesionales os queremos dar algunos trucos para que vuestras joyas siempre luzcan como el primer día.
Muchas de las joyas actuales tienen un acabado de baño de oro, su cuidado es sencillo, pero importante si de verdad queremos que siempre estén en buen estado. El paso del tiempo, la exposición a la humedad o al calor, y el contacto con ciertos productos químicos pueden afectar al estado de las joyas y disminuir su brillo.
Cómo mantener las joyas como nuevas: 5 pasos
Para mantener tus joyas de oro en buen estado, tan solo necesitas seguir estos cinco pasos:
- Guardar las joyas correctamente. Mantener las joyas en compartimentos separados es bueno para que las piedras no rayen el metal al rozarse. Si además el joyero está forrado de un material suave, esto ayudará a que estas conserven intacto el baño de oro. Si guardas las joyas en un cajón usa cajitas o bolsitas individuales. También es importante guardar las joyas en un sitio seco y que esté alejado y protegido de la humedad, de la luz del sol y del calor. Es recomendable guardar las cadenas estiradas y cerradas, para evitar que se enreden entre sí.
- La limpieza es fundamental, pero no de cualquier manera. Nada de productos químicos, la mejor opción es utilizar agua tibia con jabón de pH neutro y una gamuza suave. Deja las joyas en remojo durante unos minutos y, posteriormente, límpialas una a una, para evitar que las diferentes piezas se rocen. Después, enjuágalas con agua tibia para eliminar todos los restos de jabón, y sécalas con un paño muy suave o deja que se sequen de manera natural. Antes de guardarlas, asegúrate de que están completamente secas. Siguiendo estos pasos, se quedarán perfectas y eliminarás esa película grasa que ganan al ser manipuladas.
- Saca brillo a tus joyas ocasionalmente. Puedes utilizar un paño suave para frotar tus collares, pulseras, cadenas o pendientes de oro suavemente. Así recuperarán el mismo brillo que tenían al principio. Seguir esta rutina de vez en cuando hará que el proceso de limpieza resulte mucho más sencillo. Otra opción para conservar su brillo y mantenerlas en un estado como nuevo es pasar un trapo de algodón suave. Es bueno para eliminar posibles restos de polvo o huellas dactilares.
- Evitar en la medida de lo posible el contacto con productos cosméticos, perfumes o el gel de la propia ducha. Todo ello puede hacer que se vaya apagando el brillo del oro. También es muy recomendable evitar cualquier posible contacto con productos de limpieza; no utilices dichos productos mientras llevas tus joyas puestas. Esto es porque las substancias químicas podrían dañar las joyas y disminuir su brillo. También es recomendable que evites dormir con las joyas puestas.
- Evita hacer deporte con ellas. No pasa nada si un día entrenas con ellas, pero para que se conserven tan bonitas como el primer día es mucho mejor evitar el contacto con el propio sudor. El sudor puede tener un pH corrosivo para ciertos metales. Además, al no llevar tus joyas mientras haces deporte, evitarás posibles golpes, daños, rozaduras o desgastes. Algo parecido ocurre si practicas natación: es mejor evitar el contacto con el cloro o con la sal del mar, puesto que pueden dañar la superficie de las joyas y, como consecuencia, disminuir su brillo.
